Hace un par de años atrás, iba con mi hermano en el tren, volviendo de trabajar un sábado, con Dido al máximo matándome con quién sabe que historia volando por mi cabeza, cuándo me deje llevar por un par de emociones encontradas. Mi vida no podía ser un mayor caos en ese momento, con mucha enfermedad y tristeza alrededor, pero que igual eso no quitaba mi sonrisa reflejada en la ventana del tren.
Volando, soñando, “flasheando”, llegué a la siguiente hipótesis. Puede ser difícil explicarlo con palabras dado que tengo una importante memoria visual y algunas cosas que imagino solo las puedo proyectar en imágenes. Era tal mi emoción con mis tempranos 18 años de edad, que lo golpeé a mi hermano y le dije “Tommy! Tengo la teoría de la felicidad”. Y sí, se rió, claramente, al pensar “¿Que idea loca se le habrá cruzado por la cabeza esta vez a mi hermana?”
En fin, esta es mi Teoría de la Felicidad:
Visualicen cómo si esto fuera un video clip, mi música de fondo era un tema de Dido un tanto melancólico pero que levanta al final. En la imagen hay una persona (en mi caso era una mujer). Ella estaba parada en mitad de un camino, alrededor tierra desierta, cielo en plena tempestad, escenarios desencontrados, oscuridad, mujer abatida, tristeza en su alma, despeinada, un tanto sucia, agotamiento. Y está caminando, siempre hacia delante, logrando llegar hacia algo, no se logra ver qué es, pero ella ve una luz al final del camino y quiere llegar a ella desesperadamente.
Por momentos se la ve más contenta, con más expectativa y optimismo, pero en esos precisos momentos se cae, tropieza con una piedra y se lastima. Sola, empieza de nuevo a caminar, renguea. Empieza a cruzarse con personas que van para el lado contrario a ella, algunos la saludan, otros la ignoran, otros la maltratan, otros admiran, pero cada uno siguen su camino. También personas que caminan junto a ella, pero unos van muy despacio, otros más rápidos, otros la ignoran. Se cae por segunda vez y le cuesta levantarse, una persona le toma de la mano, la ayuda a incorporarse y sigue su camino. Empieza a llover, torrencialmente, pasada por agua, se angustia, no sabe cómo seguir, siente miedo, mucho miedo y calma el paso, duda en dar marcha atrás.
Pero algo adentro le dice que la única manera de sanar es siguiendo, y trata de llegar, y mira hacia la luz y la ansiedad la desespera, no puede más. Estas circunstancias transcurren una y otra vez hasta que en un acto de vulnerabilidad alza un brazo, como de entrega total al destino y a sus actos, y al levantar el brazo toca una superficie dura, plana, y sólida. No entiende nada, no entiende qué esta pasando, se da cuenta que lo que tenía en frente no era más que un espejo. Uno al que sus miedos no la dejaban verse reflejada en él, y lo único que lograba la esperanza era mostrarle la luz… aquella luz… pero que no estaba al final del camino sino encima de ella, con ella, siempre.
Buscamos la felicidad… Pero ¿qué significa esto? ¿Por qué creemos que la obtención de nuestros obejtivos determinan nuestra plenitud? Hoy es el único día que podrás hacer de tu vida una única, ayer es historia, y mañana ¿quién sabe?.. No sufras por querer llegar a algo que ya tienes, olvídate de las personas que te dan la espalda, porque ellos van hacia otro lado! Aferrate de las personas que te ayudan a levantarte y agradéceles. Párate, déjate de llorar, y sonríe. Disfruta cada uno de tus alientos.. Porque cada uno es una bendición.
Esta es mi humilde teoría la cuál repaso los días que me siento abatida o triste… Todo pasa por algo y no hay realidad que nosotros no hayamos creado, nunca lo olvides!
Mía.. Be happy and love above all!