miércoles, 22 de junio de 2011

Te vi venir

Te vi llegar. Me miraste en cuanto descubriste mi presencia en el cuarto. Una sonrisa tímida iluminó tu cara y mi cuerpo no pudo disimular la alegría. Me acerqué, nos saludamos como si ya nos conociéramos, pusiste tu mano en mi espalda, mi piel se dejó atrapar.

La copa de champagne calmaba la sed de la ansiedad que me provocaba conocerte, haberte encontrado. Me deje enredar por las palabras del encuentro, de tus cosas, de tu vida, de la mía. ¿Quiénes éramos? ¿Quiénes empezábamos a ser?

La comida fue fluida, suave, y sensual. Sentía tus ojos recorrer mi cuerpo, y yo me aventuraba en tu mirada. Se sentía el inicio, el comienzo de una historia, esas que calman la respiración, calientan el cuerpo, y suavizan el alma.

Así comenzó este amor, con un beso húmedo en mi mejilla… perfecto en los labios.